Creencias limitantes, definición y ejemplos prácticos

Creencias limitantes, definición y ejemplos prácticos
20 julio, 2023 DigitalHub
Creencias limitantes

Las creencias limitantes pueden llegar a modificar tu forma de pensar y convertirse en escollos infranqueables que te impiden alcanzar tus objetivos. A continuación, te comentamos en qué consisten y cómo superarlas, entre otros
aspectos.

¿Qué son las creencias limitantes?

Ideas que has ido adquiriendo a lo largo de tu vida y que consideras totalmente reales, aunque no lo son.
En tu día a día vas acumulando experiencias, sensaciones y formas de pensar que van modificando tu personalidad casi sin que te des cuenta.

Frases como «no se me da bien…» o «soy incapaz de…» son siempre la consecuencia directa de una mala experiencia previa, pero no de una realidad que no pueda modificarse con un poco de esfuerzo por tu parte. Es más, si reflexionas un poco sobre alguna de ellas, te darás cuenta de que su origen suelen ser los comentarios de otras personas (familiares, profesores o amigos) que han logrado fijarse en tu
mente.

¿Cómo las creencias limitantes afectan a lo que vivimos?

Dela peor forma posible. La mayoría de ellas comienzan a asentarse en tu pensamiento en la infancia. Si la primera vez que intentaste hacer algo no te salió bien y causaste la risa entre tus compañeros de colegio o fuiste objeto de las burlas de algún familiar, es habitual que dejases de intentarlo.

Lo peor del caso es que, pasados los años, cada vez que te tengas que enfrentar a esa situación, tu cerebro se va a bloquear de forma automática y a hacerte pensar que no tienes la capacidad necesaria para lograr el éxito, pero no es así. Recuerda, además, que el ser humano es el único animal que tiene la capacidad de pensar en el futuro, y esto conlleva que:

· Si piensas que no puedes hacer algo, lo más seguro es que te esfuerces menos, al considerarlo una pérdida de tiempo, logrando así fracasar una vez más.

· Si crees que eres inferior a otra persona porque piensas que no puedes hacer algo concreto, no tardarás en aislarte y en confirmarle a todo el mundo que, efectivamente, eres incapaz de realizar una acción determinada.

Ten en cuenta estas dos situaciones, ya que tu vida puede llegar a convertirse en una búsqueda continua de una felicidad que tienes al alcance de tu mano.

Creencias limitantes: Ejemplos

Son diversos, pero hay ciertos ámbitos en los que es bastante habitual tener este tipo de pensamientos.

La búsqueda de empleo o la mejora de tu puesto actual

Si estás buscando trabajo y tienes pensamientos como «no encajo con el perfil que buscan», «no
creo que miren mi solicitud porque habrá personas más preparadas que yo» vas a
trasmitir negatividad durante la posible entrevista y a fracasar irremediablemente.

Lo mismo sucede cuando intentas postularte a puestos de trabajo de categoría
superior a la tuya (incluso sabiendo la frustración que te puede generar conseguirlos). Si
piensas que no vales para trabajar, tampoco abrirás un negocio, porque pensarás que vas
a tener que cerrarlo en menos de seis meses, por ejemplo.

De tener
trabajo
, preferirás quedarte haciendo siempre lo mismo y no arriesgarte
(préstale atención a esta palabra) a tener un puesto mejor, a ganar más dinero o a usar tu
talento a tu favor.

Pensamientos negativos

La búsqueda de pareja

Si no tienes pareja y
quieres compartir tu vida con alguien, es bastante probable que no lo
intentes si tienes alguno de los siguientes pensamientos:

· «Soy un desastre,
¿quién va a quererme?».

· «Es imposible que alguien se fije en mí. Mejor me
quedo en casa y evito sentirme mal».

· «Mi físico no es atractivo. No van ni a
mirarme. ¿Para qué voy a ir a esa fiesta?».

Adaptarse a las nuevas tecnologías

La adaptación es esencial, tanto para mejorar en el trabajo como para socializar, compartir experiencias y entrar en contacto con personas que tengan gustos similares, por citar algunos ejemplos. Si tienes creencias limitantes, lo más habitual es que pienses que:

· A tu edad no tiene sentido tener un perfil en una red social.

· Cualquiera de tus compañeros de trabajo sabe mucho más que tú del tema y nunca vas a superarlos.

·
No podrás nunca llegar a saber cómo usar un ordenador o un teléfono móvil.

· Te encantaría abrir una tienda en Internet o entrar en una plataforma para vender tus objetos personales, pero es muy complicado y no sabrías cómo hacerlo.

No valorar el esfuerzo ajeno

En no pocas ocasiones, es bastante habitual escuchar o leer comentarios que
hablan de una persona de éxito y hacen referencia a la suerte que ha tenido, al dinero de
su familia o a un sinfín de aspectos que no tienen ningún tipo de lógica.

Estas actitudes también se tienen en el trabajo, donde se apuesta por ser lo más déspota
posible «para que no me pasen por encima» o desconfiando de todo el mundo, porque
«en cualquier momento, me clavan el puñal por la espalda».

Recordar continuamente una de las experiencias

Seguro que siempre hay algo que piensas que se te da mal o que es imposible para ti, porque un día lo
intentaste y fracasaste. Puede ser desde hablar en público a montar en bicicleta o incluso
cocinar. No puedes evitarlo. Al enfrentarte a cualquiera de estas situaciones, tu cerebro
pensará que no vas a poder y te bloqueará, pero, como ahora te contamos, debes saber
que puedes superar tus miedos y dejar de recordar esas experiencias que te limitan.

¿Cómo trabajar sobre nuestras creencias limitantes?

Repasando las actitudes del apartado anterior, es bastante probable que estés de acuerdo con buena
parte de ellas, pero ¿qué sucedería si no estuvieras en lo cierto y
todas fueran el resultado de una distorsión de la realidad provocada por tu cerebro?

Deberías tener siempre presente que tu cerebro se anticipa al resultado y te
convence de que no puedes hacer algo, alejándote de tu objetivo. Para corregir esta
forma de pensar, es recomendable que pongas en práctica las siguientes medidas.

¿Cuáles son, exactamente, las creencias que te limitan?

Nadie mejor que tú para identificarlas, buscar su origen y recordar cómo te has
enfrentado a ellas durante toda tu vida. Este primer paso es fundamental para
identificarlas y para comenzar a tomar las medidas oportunas para eliminarlas.
Pensar en cómo sería tu vida sin ellas te ayudará.

Cambia la creencia limitante por una potenciadora

Cuando tengas que enfrentarte a una situación en la que el «no puedo» haga acto de presencia, cambia esas dos palabras por estas otras: «voy a…». Haz que tu cerebro vaya sustituyendo la primera idea por la
segunda. Esfuérzate por hacer lo que quieres y por ir modificando tu forma de pensar
progresivamente.

Te avisamos de que el proceso no es nada fácil, ya que llevas décadas pensando de una forma concreta sobre una situación determinada, pero en tu mente está la clave para corregir ese pensamiento.

Incorpora la creencia potenciadora a tu pensamiento

Cuando adquieras la nueva creencia habrás logrado un 20 % del proceso. Te queda lo más importante: la
constancia. Tu cerebro va a seguir pensando como siempre por inercia, e incluso llegarás a plantearte si merece la pena esforzarte tanto por conseguir un objetivo concreto. La respuesta es siempre un rotundo «sí».

Y lo es porque a lo largo de tu vida vas a tener que enfrentarte a problemas diversos, provocados por alteraciones en
tu estado de salud, en el trabajo o en tu relación sentimental, por citar algunos ejemplos. ¿No crees que ponerte barreras es la opción menos adecuada para ser feliz? Cambiando tu forma de pensar conseguirás ganar en seguridad y en confianza.

Trabajo y creencias limitantes

Una vida totalmente distinta

Del «no» al «¿por qué no?» hay apenas unos pasos. Volviendo a un ejemplo anterior, el esfuerzo
personal, la autoestima y las ganas de seguir intentando mejorar tu vida han de ser el
denominador común de todo lo que hagas. En lugar de pensar en por qué otra persona
ha conseguido el éxito, lee su biografía y tómala como ejemplo para tu propia
existencia.

Tu cerebro se adaptará a todo lo que quieras pensar y tú has de apostar siempre por el optimismo. El camino será duro, pero solo tienes que pensar en lo que vas a ganar dejando a un lado ese miedo que llevas padeciendo desde que estabas en el colegio.

Equilibrar tu estado mental, trasmitir confianza y no aislarte en tu mundo en el que todo encaja es sinónimo de
querer vivir nuevas experiencias y de superación personal. De todo aquello que piensas
que no puedes hacer, elige lo que más te frustra y comienza a trabajar en ello.

No tardarás en ver los primeros resultados y, sobre todo, en conseguir que tu vida
sea mucho más plena. Elimina las barreras que alguien te puso en su momento,
modifica tu cerebro y lograrás que las creencias limitantes sean parte
de tu pasado. Solo así tendrás la oportunidad de enfrentarte mejor a los retos que creías
insuperables. Confía en tu capacidad para lograr tus metas y disfruta al máximo de tu
vida.